miércoles, 24 de septiembre de 2008

La Argentina Crónica - A caballo de la fe

Esta historia es la de los jinetes gauchos de San Juan y su adoración por la Difunta Correa, una joven de la época en la que unitarios y federales aún se disputaban la soberanía del país.

Nos la cuenta el periodista Hernán Brienza, quien acompañó a las personas a la peregrinación hasta el lugar donde esta muchacha (Deolinda Correa) murió a causa de deshidratación. El milagro se produjo cuando su hijo sobrevivió luego de estar varios días en el desierto, y según la leyenda, gracias a que se alimentó de uno de los pechos de su ya muerta madre.

A medida que se va avanzando en la narración, el autor cuenta cómo él mismo, partiendo desde una actitud completamente escéptica al principio, va entendiendo el porqué de esta creencia, la mística detrás de ella. Tras las noches bajo las grandes estrellas del cielo Sanjuanino, el constante intercambio de diálogo con los peregrinos, con sus canciones, su cultura y otros aspectos, entiende mejor a la cultura gauchesca que admira tanto a esta virgen (como la llaman sus creyentes), aunque no sea reconocida por la Iglesia Católica.

Utiliza los testimonios para darle una sensación de linealidad al texto, para hacernos sentir que estamos viajando con él, compartiendo el recorrido. A veces da la sensación de que recorrido lo hace tramo a tramo con una persona diferente, que cada parte del viaje tiene un acompañante distinto. Así, de manera paulatina va relatando sus charlas con gauchos, lugareños, creyentes, y las mezcla con su propia producción personal. El resultado es una lograda crónica acerca de la fe y los modos de vida en la zona cuyana.

La Argentina Crónica - Las hermanas satánicas

En esta interesante crónica por el periodista Guido Bilbao, publicada en el 2003, se reconstruyen los hechos sucedidos a comienzos del año 2000, cuando se produjo el asesinato de Juan Carlos Vázquez, un padre de familia, en el barrio de Villa Urquiza a manos de su hija menor Silvina Vázquez.

Comienza con una entrevista con la hermana de la autora del crimen, Gabriela Vázquez, que sólo sirve como introducción a la historia. A partir de este diálogo, hace un retroceso en el tiempo, y comienza a contar la historia desde sus orígenes, y así a lo largo del artículo va “yendo y viniendo” entre el pasado más lejano, el pasado más cercano y el presente. De esta manera, crea en el lector una buena forma de atracción, dando datos menos importantes (o incomprensibles hasta el momento) para después al final dar una vuelta de tuerca a todo, y cerrar la historia. El punto más dramático y en el que se nos devela el verdadero transcurrir de lo que sucedió.

La sólida narrativa, muy detallada, ayuda al lector a ubicarse en los hechos más personalmente. Además al reproducir el lenguaje coloquial de los diálogos se siente más cercano el relato. Creo que estos son algunos motivos por los que el efecto final es tan abrumador.

Otro aspecto: hay momentos en los cuales relata en tercera persona los hechos que sucedieron en el pasado, con tantos detalles que hace pensar que fue un testigo omnisciente.

Algunos recursos como lo de la lata de tomate, el utilizar un cuchillo en frente de la testigo del asesinato de su propio padre, me parecen a mí meramente innecesarios y hasta creo que buscando lo morboso. Pero a salvedad de la inclusión de este elemento, es muy interesante y está muy bien escrita. Guarda lo mejor para la clausura.

La Argentina Crónica - En campaña con Duhalde y Ortega

El periodista Emilio Fernández Cicco escribió esta crónica, que relata el viaje en tren de Eduardo Duhalde y Ramón “Palito” Ortega, cuando atravesaron el país en su campaña política del año 1999.

A través del viaje, va tomando contacto con la naturaleza de cada lugar, y a medida que escribe, deja ver ciertos hechos que le dan un especial sentido al texto, en el que se ve fuertemente expresada su opinión, acerca del país y su gente.

Hace un fluido intercambio entre testimonios y el desarrollo del viaje. Sin puntualizar y describir cada pueblo en los que pararon (fueron ciento once) arroja ciertas experiencias que vio, como el de Rivera, el borracho peronista de La Quiaca, quien abre el relato, o en el momento que empieza a enumerar las cosas que vio en todo el viaje desde el tren. Da un panorama del país, por cierto, bastante desalentador.

Yo dividiría al viaje en dos partes: A lo largo del primer tramo del viaje todo es miseria, la gente se acerca al tren más bien por curiosidad, Lo ven como misterioso. En la segunda parte del viaje, a partir de General Frías en Santiago del Estero, las cosas comienzan a ser de otra manera, más parecidas entre sí, y la miseria empieza a ser acompañada por un aburguesamiento creciente, donde la gente deja de acercarse a ellos por curiosidad, y comienza a hacerlo por interés principalmente. Este interés va en aumento progresivo, hasta que al llegar a la estación de Retiro, en Buenos Aires, llega a su súmmum.

Me gustaría destacar en particular, cómo el autor a lo largo de todo el artículo juega con la frase “el cielo a veces transmite mensajes” y cómo cierra la idea al decir “en cualquier momento debería largarse la tormenta”.

lunes, 22 de septiembre de 2008

Historias de vida: Central do Brasil


Es difícil negarle una mínima ayuda a alguien, aunque comprometerse de lleno en su causa son palabras mayores. Pero hay casos, en los que uno tiene poco que perder y mucho que ganar. Así como Dora, quien lo dejó todo y fue en busca del padre de Josué, quien finalmente jamás apareció.

A veces nos perdemos, pero siempre encontramos el camino de regreso a casa. Ese que nos guía hacia donde verdaderamente correspondemos. Ese sentimiento de pertenencia, es lo que se va creando al cabo de tantos momentos compartidos, ya sean favorables o adversos. Así es como fue posible que Josué y Dora pasen por diferentes tipos de vínculos: desde conocidos (que no se caían bien), pasando por amigos, hasta por último, convertirse en mejores amigos.

El no olvidar, el recordar por siempre, son cosas que sólo en las películas pasan. Lo que nos queda denuestros allegados es aquello que ellos dejaron en nosotros, esa parte suya que cada día aparece en nosotros. En cada pensamiento o acción nuestra dejamos entrever (mayormente de manera inconsciente) el amplio abanico de características que fuimos adoptando de los demás, de las cuales nos apropiamos. Por eso, no se preocupen por que Josué recuerde a Dora. Es seguro que lo hará.

Ha de no ser fácil, pero la vida debe continuar. A pesar de ser tan impredecible, de las incertidumbres, de las grandes dudas, la vida se mueve en un solo sentido. Vivir es en parte intuitivo, pero no lineal. Es más bien progresivo. Vivimos hoy como ya mañana no viviremos, ya en algo habremos cambiado, ya no seremos los mismos. Alguien o algo nos habrá cambiado como para ser distintos. Pero desde ya, en contadas ocasiones será en proporciones tan grandes como la que aconteció entre las vidas de Dora y Josué. El modo de ver la vida de cada uno cambia brutalmente en cuestión de días. Se puede perder todo en un segundo y al mismo tiempo ganar todo en un segundo. Nos encontramos ante una paradoja que ambos de ellos tuvieron que afrontar. Primero él, seguidamente ella.

Despedidas y llantos, como es característico del género, le darán un toque melancólico al final. El cual luego de decenas de desventuras, culminará con dos personas por completo cambiadas, con dos seres que crecieron, sufrieron, padecieron, aprendieron, en fin, vivieron.

Hallar su camino es la tarea de cada uno, transitar el propio es cosa de todos. Como auténticos caminantes que somos, ya demos lugar a nuestro nuevo ser.

Dora, Josué, ya no sólo yo los recuerdo.